4 mar 2014

¿CUARENTONAS O CUARENTAÑERAS?

...el temor a un número y los pensamientos distorsionados…

 

...es un día normal, como otro cualquiera, te levantas de la cama dispuesta a empezar la mañana, con los ojos aún por despegar y la cabeza anticipando todo lo que te queda por delante, te diriges al baño, te miras al espejo, observas las inminentes arrugas que bordean tus ojos más o menos cansados, más o menos hinchados, en tus labios atisbas unas pequeñas grietas que emergen cautelosamente...suspiras...sonries sin sonreir, así se notan menos, te dedicas la primera mirada del día, que tal vez sea la única a solas contigo misma y piensas que desde que fuiste "quinceañera" no has dejado de "hacerte mayor", y llega el momento en el que debes decidir qué quieres ser...¿Cuarentona o cuarentañera?
Permitidme hoy que dedique mi artículo a la mujer, no porque considere que el hombre no sea esclavo también de este momento biológico, psicológico y social de los 40, y más ahora que tienen esa presión estética a la que durante tanto tiempo nos hemos visto sometidas las mujeres, sino por la andadura que la mujer ha tenido que recorrer histórica y estoicamente por ello.

Pasas de ser una niña a ser quinceañera, con todo lo que conlleva, por primera vez tienes un sufijo en tu edad, ya has pasado a ser “ñera”, y eso marca una época de un maravilloso y a la par tortuoso cambio, el desarrollo físico y hormonal, nuestras primeras parejas, nuestros primeros cigarros, nuestra primera borrachera, nuestra primera relación, nuestra primera vez, con todas las expectativas que teníamos (...ya hablaremos de eso en otra entrada…) estás perdida queriendo ser lo que aún no sabes si eres.
Entonces pasas a ser veinteañera, ya tus padres confían más en ti, empiezas a vivir con cierta autonomía, las amistades se afianzan, las parejas son más duraderas y de repente, por alguna razón casi mágica debes saber a lo que dedicarte el resto de tu vida, porque debes escoger una carrera o una rama en los estudios (si es que lo haces, tal vez aún no hayas sentado cabeza y lo que quieras es recorrer mundo o tomarte años sabáticos, tal vez no es tan mala idea, no hay mejor edad que esa para permitírtelo, después…todo será más complicado)...
Y caminas otra década hasta que te conviertes en treintañera... los treinta son una edad maravillosa para la mujer, sabes mucho más lo que quieres y cómo demandarlo, te revelas más con los estereotipos sociales de tu género, te planteas más que nunca, si es que no lo has hecho ya, que si quieres ser madre el reloj se convierte en crónometro en cuenta atrás, "se nos pasa el arroz", tal vez no sea el mejor momento, pero la presión no desaparece, y es la década de la plenitud sexual de la mujer, que conoce mejor su cuerpo y a la que le da menos miedo ser demandante en la cama (para el hombre su edad de plenitud sexual está estipulada entre los veinte y veinticinco años…será por eso que nos podamos sentir atraídas por los jovenzuelos, porque ellos tienen toda la pasión de las primeras veces y nosotras ya no tenemos miedo…)

Y entre una cosa y otra llegas a la década de los cuarenta y parece que eso significa que, directamente, has pasado de “ñera” a “ñora”... ¡¡y ahora eres cuarentona!!
No existe una definición literal pero sí que existe una conceptual, una que tiene una connotación negativa: generalmente una cuarentona es una mujer que si es soltera o "ya se le fue el tren", o "ya no tiene edad para andar con hombres por ahi", sí, porque si fuera un hombre sería un Don Juan pero si es mujer será una Doña Juana, y no suena igual. El lenguaje es muy sexista y tiene más poder del que pensamos. Muchas de nosotras sabemos que esto no es así, pero también conocemos a otros muchos y muchas que sí lo piensan.

¿Realmente piensas que, con suerte, ya hayas vivido la mitad de tu vida?

Ese pensamiento te procurará un sentimiento, y ese sentimiento promoverá una actitud, ¿cual? depende de quién seas, y aquí podríamos hacer una metáfora con la paradoja del vaso medio vacío o medio lleno:
  • Si eres optimista pensarás que el mismo camino recorrido, o más, te queda por delante para recorrer y que tal vez sea el momento de sacar tu lista de cosas pendientes por hacer en la vida.
  • Si eres pesimista pensarás tan sólo en lo rápido que ha pasado el tiempo y en cuantas cosas has dejado en el camino sin darte cuenta de que nunca es tarde para empezar una nueva vida, pero tal vez seas de las que crees que la verdad es la opinión de la mayoría y no te hayas dado cuenta de que tienes que actuar, porque la felicidad depende de que seas coherente con lo que piensas, dices y haces, sólo así encontrarás tu equilibrio.


Yo hoy quiero tirar una piedra y no esconder la mano, quiero que perdamos el miedo a todos los conceptos y/o estereotipos sociales que vienen influenciados por un simple número que influyen en un manera de vestir, de comportarse, de tener expectativas en la vida que habían de estar cumplidas y recordar que los que nos queda por vivir es algo que nunca sabremos, pero el cómo vivir lo que nos queda, es algo que podemos elegir, asi que podemos aprovechar para vivir la vida si cabe, aún con más intensidad, con más seguridad, con más experiencia y sapiencia y sobre todo, con menos miedos.

Cada una de nosotras tiene sus temores preferidos, cierto es que envejecer es uno de los temores más universales. Un temor es un SENTIMIENTO de inquietud y miedo que provoca una ACTITUD que no es otra que la necesidad de huir ante alguna persona o cosa, evitarla o rechazarla porque de manera consciente o inconsciente tenemos un PENSAMIENTO sobre ella, considerarla peligrosa o perjudicial. Pero ¿cómo huir de la edad? y si mejor nos preguntamos...¿Cómo huir de un sentimiento?


Para huir de un sentimiento debemos tener claro lo siguiente, y es que casi el 100% de lo que sentimos, está basado en lo que pensamos y en cómo actuamos. El principio fundamental de la psicología cognitiva es el de que “No son los hechos los que nos generan los diferentes estados emocionales, sino el cómo interpretamos esos acontecimientos”. Es decir, ante un mismo acontecimiento varias personas pueden experimentarlo de formas totalmente diferentes. Por tanto, nuestro bienestar emocional depende fundamentalmente de que no nos dejemos llevar por los pensamientos distorsionados, pero ¿qué es un pensamiento distorsionado?

  1. Son pensamientos irracionales que no se atienen a la realidad, es decir a hechos objetivos.
  2. Son automáticos, es decir, funcionan como un reflejo corporal que se produce sin que voluntariamente lo propiciemos, y
  3. Son exagerados, dramáticos y siempre negativos , por lo que generan un enorme malestar emocional, y de manera gratuita, sin que podamos sacar el menor de los provechos.

Si no pensaras en la culpabilidad, en que el control de todo depende de tí o que nada depende de tu control, en qué deberías hacer o quién deberías ser, en que la vida no es justa porque no te devuelve todo lo que das, si no tremendizaras lo malo y nunca dejáras de ver lo bueno, ¿Cómo crees que te sentirías? Porque todos ellos, entre otros muchos, son pensamientos distorsionados.

"Lo más importante que aprendí a hacer después de los cuarenta años fue a decir no cuando es no".

Gabriel García Márquez


1 comentario:

  1. Fantástico, instructivo y...hasta emocionante. Justo hoy, que mi cronómetro empieza la cuenta atrás hacia la cuarta década, me ha dado mucho en qué pensar.

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